La Nueva Agenda Urbana fue adoptada por unanimidad por todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Vivienda y el Desarrollo Urbano Sostenible (Habitat III), celebrada en Quito, Ecuador en 2016. Fue la última de las denominadas “agendas globales sostenibles”: la Agenda 2030, el Acuerdo de París y el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres.
Considerada como una herramienta clave para la aceleración y localización de los ODS, la Nueva Agenda Urbana reconoce las diversas realidades de los procesos de urbanización desde áreas metropolitanas, áreas periurbanas, ciudades intermedias o pequeños pueblos. Pide el desarrollo de estrategias conjuntas entre los gobiernos nacionales y subnacionales, y el fortalecimiento de los vínculos rural-urbano.
Los gobiernos locales y regionales fueron firmes partidarios y actores clave en el proceso preparatorio de Habitat III y la adopción de la Nueva Agenda Urbana. Más de cinco años después de su adopción, existe la necesidad de aumentar el compromiso de los gobiernos nacionales en la implementación de la Nueva Agenda Urbana y reconocer el papel de los gobiernos locales y regionales en su logro.
En abril de 2022, se celebró la Reunión de Alto Nivel para evaluar el progreso de la Nueva Agenda Urbana por el presidente de la Asamblea General. Al mismo tiempo, el Global Task Force (GTF) también se celebró la Asamblea Mundial de Gobiernos Locales y Regionales, demostrando su compromiso con la tarea del desarrollo urbano sostenible y el logro de la Agenda 2030, mientras se destacó su petición de elevar su reconocimiento y tener “un asiento en la mesa” a nivel multilateral.