El movimiento municipal internacional adopta un plan estratégico
El Pacto para el Futuro de la Humanidad es una realidad
Emilia Saiz
Secretaria general de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU)
Alcaldes, gobernadores y líderes locales de todo el mundo son muy conscientes de que nuestro mundo se encuentra en un momento fundacional. La pandemia les situó frente a un escenario sin precedentes, pero también les dio un renovado sentido de propósito para llevar a cabo acciones verdaderamente transformadoras, para superar los actuales niveles de desigualdad, abordar la crisis medioambiental y desafiar la creciente brecha cultural.
En este contexto fue aprobado el Pacto para el Futuro de la Humanidad por la Organización Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos, la mayor red mundial de ciudades y gobiernos locales, regionales y metropolitanos y sus asociaciones; heredera de un movimiento centenario basado en la diplomacia de las ciudades y la cooperación. Es un Pacto para el futuro de las personas, del planeta y del gobierno, adoptado por 345 representantes políticos elegidos en una reunión de más de 4.000 líderes.
En el mayor ejercicio de democracia local del mundo, los órganos de gobierno de nuestra Organización aprobaron por consenso el Pacto para el Futuro.
Mediante este compromiso, los gobiernos locales y regionales aceptan su papel y responsabilidad decisivos para promover una calidad de vida más igualitaria y sostenible tanto para los ciudadanos como para las comunidades, y para proteger sus derechos a los bienes comunes globales y locales a la vez que se protege el planeta para las generaciones futuras.
En definitiva, el Pacto, tal y como afirmó la presidenta de CGLU e intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, «es el compromiso de los gobiernos locales y regionales con la transformación sistémica a través de una diplomacia impulsada por el liderazgo feminista y la solidaridad, comprometida con la democracia local y la paz, fiel a los valores de subsidiariedad, igualdad de género, autogobierno y rendición de cuentas».
La aprobación del Pacto para el Futuro demuestra las aspiraciones de gran alcance del movimiento, garantiza que los gobiernos locales y regionales puedan desempeñar su papel dentro de un sistema multilateral renovado para alcanzar las agendas de desarrollo globales, como la Agenda 2030, el Acuerdo de París y la Nueva Agenda Urbana. El movimiento internacional lleva muchas décadas reclamando una plaza en la mesa global y, como predecesores del sistema multilateral estatal que se fundó tras la Segunda Guerra Mundial (sus cimientos datan de 1913), se ven a sí mismos como actores fundamentales para garantizar el tan necesario sistema de gobernanza mundial renovado que sea capaz de ofrecer resultados.
El Pacto tiene una poderosa narrativa que reivindica una humanidad común: «Rechazamos la codicia, los prejuicios y la división, y optamos por situar los cuidados en el centro de nuestro Pacto para el Futuro». Los tres ejes del Pacto (Personas, Planeta y Gobierno) ponen de manifiesto el cuidado de los derechos humanos de todas las personas y el cuidado de la integridad de nuestro planeta. Para responder a las expectativas de las generaciones actuales y futuras, y para reafirmar nuestra humanidad común.
El 7.º Congreso Mundial y Cumbre de Líderes Locales y Regionales de CGLU se clausuró el 14 de octubre de 2022 con la adopción del Pacto para el Futuro de la Humanidad.
El documento se fundamenta en la profunda comprensión y sentido de la responsabilidad de los miembros de CGLU sobre el papel fundamental que deben desempeñar para garantizar «una calidad de vida más igualitaria y sostenible para la ciudadanía y las comunidades, para proteger sus derechos a los bienes comunes globales y locales a la vez que se protege el planeta para las generaciones futuras».
Con la aprobación del Pacto, la organización también ha reforzado su identidad con el Movimiento Municipal Feminista, el «Derecho a la Ciudad para Todos» universal, los principios de igualdad de género y democracia, y la misión de situar los cuidados en el centro de la gobernanza local.
La relevancia creciente de CGLU en los espacios multilaterales, sobre todo en la última década, seguirá siendo un objetivo estratégico, en particular de cara a la Cumbre del Futuro de las Naciones Unidas y las agendas de desarrollo pos2030.
Personas, Planeta y Gobierno: Tres ejes para impulsar la transformación
El Pacto para el Futuro de las Personas se centra en las necesidades de las generaciones actuales y en ampliar los derechos de las futuras al garantizar el acceso a los servicios públicos y a los bienes comunes. Al reconocer el impacto de las crecientes desigualdades dentro de las ciudades y entre ellas, el Pacto busca ofrecer equidad y justicia interseccional para todas las personas y lugares.
El Futuro para el Planeta promueve sistemas y formas de vivir en armonía con nuestro planeta, a la vez que construye resiliencia y sostenibilidad mediante políticas que renaturalizan nuestros modelos de producción y consumo, serán piedras angulares cruciales del Pacto para el Futuro, y un esfuerzo que ningún actor ni nivel de gobierno puede lograr por sí solo.
El Futuro para el Gobierno se basa en la llamada de nuestras comunidades, que piden cada vez más la transformación de los sistemas de gobierno. Nos encontramos ante una oportunidad única en una generación de revisar y mejorar nuestras herramientas para responder a los retos a los que nos enfrentamos, y para garantizar que impulsamos una profunda transformación de nuestras sociedades y nuestros sistemas.
El Pacto para el Futuro: Más allá de la narrativa
En vísperas de la revisión intermedia en 2023 de la Agenda 2030 y los ODS, y con el mundo pos-2030 en el horizonte, el Pacto aporta la visión para conseguir un mundo que tienda puentes entre las acciones locales y las tendencias globales, y que incorpore las perspectivas territoriales a las agendas globales. El Pacto es una iniciativa global que apuesta por la esperanza, demostrando que otro camino es posible y que, colectivamente, abundan los recursos, la capacidad intelectual, las habilidades y el deseo de hacerlo mejor.
El año 2023 proporciona la oportunidad de poner en marcha un proceso de reflexión colectiva que se base en el legado del movimiento municipal; que adopte sus valores y principios fundacionales (descentralización, subsidiariedad, autogobierno, rendición de cuentas), con los Cuidados, la Cultura y los Derechos Humanos como valores transversales hacia una prestación de servicios públicos renovada. Será el momento de crear alianzas de gran impacto y de fomentar la reflexión colectiva, junto con la sociedad civil, en torno a la estructura y el alcance de los cuatro elementos que facilitan el Pacto para el Futuro: Bienes comunes, Financiación, Confianza y Renovación de la arquitectura de gobernanza.
El Pacto, que precede a la Cumbre del Futuro de las Naciones Unidas, es en sí mismo un paso adelante en los debates que deberán conducir al desarrollo de una agenda común renovada y ambiciosa que vaya más allá de 2030 y mire hacia un futuro más brillante.
“La ambición es que todo el Grupo de Trabajo Global, que lleva la voz de las ciudades y regiones a la esfera internacional, influya en los resultados de la Cumbre del Futuro”.
«Un papel crucial de los gobiernos locales y regionales para un sistema multilateral, renovado, eficiente y en red. Un sistema multilateralista que acepta el hecho de que los desafíos globales únicamente pueden afrontarse mediante los desafíos locales y que, a su vez, los desafíos locales dependen de los desafíos globales»
Pacto para el Futuro de la Humanidad de CGLU