BHEKE STOFILE, PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN DE GOBIERNOS LOCALES DE SUDÁFRICA Y COPRESIDENTE DE CGLU
Desde la perspectiva de Sudáfrica y de toda África, ¿qué oportunidades y retos se presentan con el Pacto y el Retiro de CGLU?
El futuro solo es sombrío si el liderazgo actual no se encarga de prepararlo. Lo importante es que tenemos que unirnos para impulsar el futuro. Ese es para mí el sentido del Retiro de CGLU: «Nosotras» se centra en lo que podemos hacer individual y colectivamente. Si aplaudes con dos dedos, por ejemplo, el ruido no se oye. Sin embargo, si aplaudes con las dos manos, todo el mundo escuchará el ruido que haces. Esta metáfora demuestra la importancia que tiene la unión de los profesionales de los gobiernos.
Y por eso, en el contexto sudafricano, definimos el gobierno local como un negocio público, un negocio que gobierna los bienes comunes. Nos centramos en las relaciones intergubernamentales que pueden hacer realidad los cambios para los miembros de CGLU en cualquier parte del mundo, siempre que se hayan configurado los espacios individuales.
En cuanto al Pacto, creo que la contribución al futuro es responsabilidad de cada uno de nosotros. El futuro no nos va a caer del cielo. Todos tenemos que trabajar para construirlo. Por eso, para mí, la parte del debate dedicada a Nosotras es tan importante. Demuestra la importancia de darnos la mano, no solo para nuestro futuro sino también para el de nuestros hijos.
¿Cuáles son sus prioridades para los próximos años?
Para empezar, debemos esforzarnos en invertir más tiempo en darnos la mano y movernos como una fuerza unida. Ayer me gustó la observación inicial de la secretaria general, Emilia Saiz, que habló de buscar el tipo de comida que uno quiere y de cocinar con ingredientes de todas partes para así abordar una multiplicidad de retos. Uno de esos retos es el hambre; otros son la vivienda o la educación. Solo se puede lograr esa colaboración si somos creativos como gobierno y representamos los intereses de nuestro pueblo, que de nosotros espera que contribuyamos. Por lo tanto, con la multiplicidad de problemas que hay que abordar, la colaboración y coordinación entre las esferas de gobierno es fundamental.
La segunda prioridad es crear las condiciones propicias para que nuestros socios inviertan en la vida de nuestra gente, para asegurarnos de que las comunidades de hoy serán mañana unas comunidades diferentes y mejores. Para lograrlo debe haber paz y estabilidad para todos. Hoy he escuchado testimonios sobre lo que está ocurriendo en Siria y Turquía, y esto me ha hecho pensar en lo mucho que luchan los gobiernos y las comunidades cuando se enfrentan a desastres de este calibre. Necesitamos que los líderes mundiales se unan y permanezcan juntos para resolver este tipo de problemas.
¿Cuál es la situación actual de las autoridades locales sudafricanas y del municipalismo en África?
Uno de los retos principales del gobierno local, tanto a escala mundial como en Sudáfrica, es la actitud que otras esferas del gobierno tienen hacia el gobierno local. Lo ven como una carga, como una institución a la que no merece la pena dedicar tiempo ni recursos económicos.
Uno de los mayores desafíos de Sudáfrica es cambiar la financiación del sistema municipal. Por ejemplo, como gobierno local hemos examinado la Constitución de la República y hemos visto que en ella se asignan responsabilidades en las tres esferas de gobierno y que se han establecido tres niveles de responsabilidades. Así, por lo que he visto en el Parlamento, debemos perseguir la implementación de todo esto.
Hay otros retos que hay que afrontar como gobierno local, y si no lo hacemos, lo vamos a pasar mal en los próximos años.
En primer lugar, está la reducción de los recursos financieros municipales. Por ejemplo, en Sudáfrica, de cada cien funciones constitucionalmente asignadas, 46 se realizan en los municipios, por lo que necesitamos los recursos financieros correspondientes. Ahora estamos en conversaciones para reestructurar todo esto y hacer frente al desequilibrio existente.
En segundo lugar, tenemos que reagrupar la configuración del gobierno local. En Sudáfrica, el gobierno rara vez responde a la voluntad política del pueblo desde la base. Solo unos pocos escaños del Parlamento son para los alcaldes, lo que no refleja las aspiraciones de una gran ciudad como Johannesburgo. Si no nos ocupamos de esto, será un problema para nosotros y para el futuro.
En tercer lugar, tenemos que hablar de productividad en el mercado. Con ello me refiero a la necesidad de desarrollar una evaluación rigurosa del rendimiento de los profesionales de los gobiernos locales a la hora de prestar el servicio deseado por los votantes, que son nuestros accionistas. Esperan un rendimiento de su inversión, que es salir a votar por nosotros. El rendimiento de las inversiones en el gobierno local es la calidad de los servicios que prestamos a los ciudadanos. Esa calidad de servicio habla del valor de los políticos.
¿Cómo podría desplegarse el Pacto para el Futuro en África?
Después de haber escuchado ayer y hoy a la secretaria general, Emilia Saiz, veo un futuro mucho más brillante. Esto es porque si, y solo si, estamos de acuerdo en que no hay nada que sea demasiado difícil de solucionar, y si todos nos unimos para ocuparnos de los temas difíciles, estamos preparados para hacer realidad nuestros compromisos. En condiciones poco favorables, siempre hay que estar a la altura de las circunstancias para ver resultados. El movimiento está empezando a apreciar la importancia de la necesidad de actuar globalmente pero funcionar localmente.
Cualquier reto que afecte a las personas en cualquier parte del mundo afecta también a los profesionales de la administración local. Una respuesta es la solidaridad y permanecer unidos, y veo que esto está creciendo, que hay más interés y más contribuciones. Hoy hemos asistido a un gran ejemplo: el Poder de Nosotras exige a CGLU que no deje a nadie atrás, y la secretaria general ha respondido y ha insistido en que tenemos que implicar a todo el mundo.
¿Qué resultado espera del Retiro?
Soy una persona que cree que no se puede cambiar una mala situación limitándose a quejarse por ella. Hay que cambiarla dando un paso atrás y preguntándose: ¿cómo he llegado hasta aquí y qué puedo hacer para cambiar mi situación? De hecho, es algo que siempre digo: no llores con otra persona porque veas que le saltan las lágrimas, sino más bien dale un hombro sobre el que llorar. Demuéstrale que entiendes el problema y ayúdala a superarlo.
El déficit de financiación es uno de los retos para el futuro, y también lo es generar confianza. Esto debe ocurrir en las distintas esferas del gobierno. La resiliencia y el compromiso que he visto hasta ahora me dan esperanzas de que el mañana será mejor. La fuerza de todos en la perspectiva global reside en decir «contad conmigo» para afrontar los restos del futuro. Ya sea la lucha contra el hambre, la pobreza, el aumento de la resiliencia de la comunidad o abordar un problema que surge en algún lugar lejano, las personas que pertenecen a un sistema local deben unirse y ponerse en marcha para resolver el problema. Debemos pedir a las Naciones Unidas que elabore una nueva resolución que una a los pueblos del mundo.
Por último, me gustaría decir que no hay limitaciones en el camino que tenemos por delante. Debemos volar tan alto como podamos. Por supuesto, el viaje no será fácil y habrá altibajos. Aun así, debemos mantener nuestras prioridades y decir, en nombre de las personas que han perdido sus vidas en el terremoto de Siria y Turquía, que estamos juntos. Además, debemos hacer hincapié en que los gobiernos locales son globales, y que les apoyamos, y que hablamos con los líderes de otras esferas de gobierno para acabar con la guerra, el sufrimiento y el hambre. Luchamos por la prosperidad para cambiar a mejor las condiciones de toda la gente.