CALOR
EXTREMO
EL ASESINO SILENCIOSO
El año 2023 ha inscrito su nombre como el más caluroso jamás registrado, un anuncio basado en los datos del Servicio de Cambio Climático de Copernicus de la Unión Europea. La temperatura global aumentó casi 1,5º C (1,48ºC) por encima de los niveles preindustriales, desatando una oleada de fenómenos extremos en todo el mundo, desde olas de calor e inundaciones hasta sequías e incendios forestales. Las pruebas corroboradas por el IPCC son alarmantes, ya que se prevé que 2024 pueda volver a batir récords, convirtiéndose en el año más caluroso de los últimos 125.000 años. El principal responsable de este calor sin precedentes es sin duda el cambio climático, agravado en 2023 por los efectos persistentes del fenómeno de El Niño.
Las olas de calor de 2023 causaron estragos en el oeste de Estados Unidos, el sur de Europa y varios países asiáticos, como Bangladés, China, Tailandia, Malasia, Singapur y Vietnam. Las consecuencias fueron catastróficas, desde incendios forestales en Alberta hasta temperaturas extremas que causaron víctimas en Canadá, Estados Unidos y otros países. Europa, que sigue luchando contra las secuelas de anteriores olas de calor, fue testigo de más de 61.000 muertes
en 2022, lo que puso de manifiesto la vulnerabilidad de las capacidades de adaptación y los planes de prevención de los países. En Asia, se batieron récords regionales de temperatura, lo que provocó el cierre de escuelas, cortes de electricidad y escasez de combustible.
Un informe recién publicado por el Comité de Auditoría Medioambiental de la Cámara de los Comunes del Reino Unido, titulado Resistencia al calor y refrigeración sostenible (enero de 2024), hace un llamamiento urgente a la acción. El informe se basa en pruebas convincentes de que el calor tiene repercusiones de gran alcance en la salud, el bienestar y la productividad económica. El Reino Unido, que registró más de 4.500 muertes relacionadas con el calor en 2022, se enfrenta a la perspectiva de que esta cifra se duplique anualmente si no se realizan esfuerzos concertados para adaptarse al calentamiento del clima. En julio de 2022, la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido emitió la primera alerta sanitaria por calor de nivel 4 de su historia, ya que las temperaturas superaron por primera vez los 40º C.
Las pérdidas en el Reino Unido, medidas en miles de vidas y miles de millones de libras anuales, llevan a una conclusión inequívoca: “El imperativo social y económico de acelerar las medidas de adaptación al calor es evidente”. Las recomendaciones son concretas y reconocen la actuación de los gobiernos locales y su valor en situaciones de emergencia climática. Podrían servir de modelo para otros países. Entre las recomendaciones figuran el nombramiento de un ministro principal para la Resiliencia al Calor y el lanzamiento de una campaña de información pública dirigida por el ministro sobre la amenaza de las olas de calor y la ampliación de los espacios verdes urbanos, sobre todo en las zonas desfavorecidas. Otra recomendación crucial es un programa nacional de rehabilitación centrado en el aislamiento y la ventilación del parque de viviendas del Reino Unido, que ejecuten las autoridades locales con una financiación adecuada a largo plazo. La recomendación final del informe insta al Gobierno británico a figurar entre los primeros firmantes del Compromiso Mundial por la Refrigeración. Los expertos consideran que se trata de un importante paso adelante en materia de resistencia al calor y refrigeración sostenible a nivel de liderazgo internacional.
Mientras tanto, las ciudades de todo el mundo llevan años tomando medidas proactivas para mitigar el efecto isla de calor y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos durante los fenómenos meteorológicos extremos. Entre las estrategias más populares figuran la plantación de árboles, la creación de parques y jardines en las azoteas y el empleo de tecnologías de refrigeración como tejados y pavimentos reflectantes. Las ciudades también implantan sistemas de alerta temprana, colaboran con las comunidades para sensibilizarlas e informan a los ciudadanos sobre las medidas de adaptación.
El Centro de Resiliencia de la Fundación Adrienne Arsht-Rockefeller (Arsht-Rock) sigue defendiendo el cargo de jefe de Calor a escala mundial. En 2023, Daca, en Bangladés, inauguró el primer puesto de director jefe de Calor (CHO, por sus siglas en inglés), nombrando a Bushra Afreen para combatir los retos de las temperaturas extremas del verano. Al mismo tiempo, Eleni Myrivili, la anterior CHO de Atenas, se convirtió en la primera directora jefa de Calor mundial mediante un nombramiento conjunto de ONU-Hábitat y Arsht-Rock.
Ciudades de todo el mundo afectadas por el aumento de las temperaturas están explorando soluciones innovadoras. Sevilla trata de concienciar a la población dando a las olas de calor un nombre similar al de otros fenómenos meteorológicos. Nueva York y Los Ángeles están a la vanguardia con tejados verdes y aceras frías, demostrando el potencial para la reducción de las temperaturas superficiales hasta en 11° C. Singapur ha refrescado partes de su ciudad plantando más de siete millones de árboles y creando más de 300 parques y jardines.
En el Compromiso Mundial por la Refrigeración, los gobiernos subnacionales como principales implementadores
Como iniciativa conjunta de los Emiratos Árabes Unidos, anfitriones de la COP28, y la Cool Coalition liderada por el PNUMA, más de 60 países han refrendado el Compromiso Mundial por la Refrigeración. Estas naciones se comprometen a reducir las emisiones relacionadas con la refrigeración en todos los sectores en al menos un 68 % a escala mundial, en relación con los niveles de 2022, para 2050. La promesa incluye el compromiso de los gobiernos subnacionales de incorporar la refrigeración a las estrategias o planes de acción existentes o de desarrollar un Plan de Acción contra el Calor para 2026. Los compromisos adicionales incluyen la ampliación de la calidad de los espacios verdes y azules en las zonas urbanas y la promesa de llevar a cabo la contratación pública de tecnologías de refrigeración de bajo potencial de calentamiento global y altamente eficientes en los edificios gubernamentales para 2030.
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