Urban Journalism Institute
© Leo Moko

LA INFLUENCIA MUNDIAL SE DESPLAZA HACIA EL SUR
BRASIL Y SUDÁFRICA, A LA CABEZA

Ambos países se hacen oír con fuerza en el multilateralismo local, una oportunidad para Urban 20

Brasil, listo para acoger el G20 en 2024 y la COP30 en 2025, y Sudáfrica, preparándose para el G20 en 2025, están estratégicamente posicionados para influir en la agenda internacional. Al mismo tiempo, la expansión de los BRICS, de los que Brasil y Sudáfrica son fundadores, junto con China, la India y Rusia, ha supuesto un paso importante en la amplificación de la voz del Sur Global. Con la reciente invitación a Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos a incorporarse como miembros de pleno derecho, a partir del 1 de enero de 2024, el BRICS consolida su estatus como fuerza de primer orden en la política internacional. 

El nuevo grupo BRICS representa el 46 % de la población mundial, y es probable que pronto alcance el 50 %, dada la inclusión de países con un elevado crecimiento demográfico. Económicamente, aportan el 29 % del PIB mundial y el 43 % de la producción mundial de petróleo. La incorporación de Arabia Saudí, Irán y los Emiratos Árabes Unidos ha duplicado la cuota de los BRICS. 

La India, otro país BRICS, acogió el G20 en 2023. La ciudad de Ahmedabad presidió Urban 20, una iniciativa de diplomacia de las ciudades y un Grupo de Compromiso del G20 que reúne a ciudades de los Estados miembros del G20 para informar e influir en los debates de los líderes nacionales en el G20.

En la declaración final adoptada por los líderes del G20 en Nueva Delhi, se hace una mención concreta a “la necesidad de mejorar la movilización de fondos y el uso eficiente de los recursos existentes” para hacer que las ciudades del mañana sean inclusivas, resilientes y sostenibles, siguiendo el ODS 11. A tal efecto, el G20 aprobó los Principios del G20 para la Financiación de las Ciudades del Mañana como estrategia voluntaria y no vinculante. 

© Nathalia Segato
© Dominique Jeftha

El Comunicado del U20 de Ahmedabad fue respaldado por 105 ciudades, y se centró en pasar de la “Intención a la Acción” e instar a los gobiernos nacionales a tomar conciencia del papel de los gobiernos locales y regionales en la consecución de la Agenda 2030. Se anunciaron varias recomendaciones estratégicas al G20, como fomentar comportamientos responsables con el medio ambiente, garantizar la seguridad del agua, acelerar la financiación climática, defender la cultura y la economía locales, reinventar los marcos de gobernanza y planificación urbanas y catalizar futuros urbanos digitales. 

En Brasil, uno de los pocos países con un Ministerio de Ciudades, que celebra elecciones locales este año, el U20 estará copresidido por los alcaldes de Río de Janeiro y São Paulo. Ambas ciudades acogerán varias actividades del U20 y una reunión virtual de sherpas del U20, en marzo de 2024. La Cumbre de São Paulo se celebrará en mayo y junio, antes de la Cumbre de Río, que precederá a la reunión de jefes de Estado del G20, en noviembre de 2024. 

La asunción por parte de Brasil de la presidencia del G20, una función que desempeñará hasta noviembre de 2024, sitúa al presidente Lula y a su gobierno en la vanguardia de los debates económicos mundiales. El objetivo principal es avanzar en las reformas de la deuda soberana mundial y de los sistemas de préstamos al desarrollo, así como aumentar los fondos para proyectos climáticos, de infraestructuras y de desarrollo a través de los bancos multilaterales de desarrollo. Brasil también pretende agilizar los procesos de alivio y reestructuración de la deuda de las naciones altamente endeudadas.

Más allá del G20, el gobierno de Lula se enfrenta a la urgente tarea de revertir el aislamiento internacional y el descrédito que marcaron la política exterior brasileña en la administración anterior. Brasil se encuentra en la encrucijada de saldar las deudas pendientes en los sistemas multilaterales globales y restablecer el compromiso del país con la paz, los derechos humanos y el desarrollo. 

La visión de Lula pretende hacer hincapié en la participación en los acuerdos internacionales y en la defensa de los principios democráticos, así como en la promoción del desarrollo sostenible. Queda por ver cómo podría desarrollarse todo esto en la cumbre de los BRICS que se celebrará en octubre de 2024 en Kazán (Rusia). Será la primera vez que se reúna el grupo ampliado de líderes de los BRICS, lo que brindará a estos países la oportunidad de dar forma a una agenda colectiva. 

La influencia de Brasil también será relevante en 2025 con la COP30 en Belem. Lula ha vuelto al poder con una fuerte agenda medioambiental. En noviembre de 2023, la deforestación en la selva amazónica brasileña se había reducido en más de la mitad en comparación con un año antes, el primero de su mandato. El presidente brasileño reiteró en la COP28 el objetivo de su país de acabar con la deforestación ilegal para 2030. 

En el caso de Sudáfrica, las elecciones generales están previstas para agosto de 2024. Aun así, no hay muchas dudas de que habrá esfuerzos de colaboración en foros como los BRICS y en el ciclo 2024-2025 del G20 para impulsar colectivamente la reforma de la gobernanza mundial. Según las Perspectivas de la Economía Mundial del Fondo Monetario Internacional, Sudáfrica podría ocupar el puesto de mayor economía de África en 2024, y se espera que lo conserve sólo un año antes de ser superada de nuevo por Nigeria. 

Alineando sus posturas sobre desarrollo sostenible, desigualdad global y cambio climático, ambos países aspiran a reconectar el Sur Global y el Norte Global.

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